5.22.2010

"Silver Surfer: Requiem"

J. Michael Straczynski nos narra un cuento lleno de nostalgia y pesar que termina siendo un documento de esperanza. Sus conmovedoras palabras, espectacularmente ilustradas y pintadas por el artista Esad Ribic describen los últimos días de Silver Surfer, el antiguo heraldo de Galactus que sacrificó la vida normal en su planeta para salvarlo de la muerte.
Norrin Radd es el Silver Surfer. Y está muriendo. Él lo sabe y acude a una de las mentes humanas más brillantes del mundo, Reed Richards. Mr. Fantastic solo puede confirmar el diagnóstico y toda la familia se une al dolor de este ser único.
El primer capítulo de esta miniserie de cuatro, convertida luego en novela gráfica establece el argumento y a la vez nos cuenta un resumen de la historia del surfeador, desde su vida junto a su amada Shalla Bal en su planeta Zenn-La hasta los hechos que lo transformaron en heraldo y luego enemigo acérrimo del poderoso Galactus, devorador de planetas.
En el segundo número, resignado con su destino, Silver Surfer hace una visita a Spiderman para pedirle que, en su condición de humano le ayude a idear una forma de agradecer y colaborar con la Tierra antes de partir definitivamente. Al inicio no se le ocurre nada al arácnido pero al darse cuenta que el deslizador de plata puede compartir durante un pequeño periodo de tiempo sus poderes decide pedirle que comparta su visión con la raza humana. Así que, gracias a sus poderes cósmicos durante cinco minutos los humanos de todo el planeta experimentan lo que es verdaderamente la libertad y estar en paz. El regalo reconforta al propio Norrin y justo cuando está por abandonar el planeta recibe la visita del Dr. Strange, quien le tiene un regalo inimaginable: la concentración de todos los pensamientos, los secretos, las canciones, las historias, la grandezas y bajezas, las verdades olvidadas y el conocimiento humanos dividido en dos partes, lo que fue antes y lo que resulta después de que Silver Surfer salvara nuestro planeta de su antiguo amo.
Luego, en su viaje por el espacio buscando Zenn-La, Norrin recibe la llamada desde el interior de una nave inmersa en una gran guerra. Allí encuentra juntos a los máximos líderes de dos razas diferentes que han peleado una "Sagrada Guerra" durante siglos. Ellos le piden que incline la balanza hacia uno de los dos bandos, pues cada uno piensa que el otro está equivocado respecto a sus creencias, filosofías y políticas. Conmovido por esa actitud tan ciega, el surfeador recorre la batalla destruyendo las armas de ambos bandos y luego visita sus planetas, destruyendo todos los signos de equivocada fe y potenciales formas de destrucción mutuas. Con esto deja a los habitantes de ambos mundos la "Sagrada Paz", y a millones de seres agradecidos por cambiar la eterna tradición bélica que los cegaba.
"Si los lugares sagrados se salvan de las iras de las guerra, entonces haz que todos los lugares sean sagrados. Y si la gente santa no puede ser herida por la guerra, entonces haz que toda la gente sea santa."
En su destino final Norrin Radd llega a casa a punto de morir y comparte sus últimos días con Shalla Bal y los miles de habitantes de Zenn-La que lo visitan en su lecho, y que tiempo después se darían cuenta de que recibieron en ese momento una especie de bendición que luego llamaron "El toque de Norrin", una señal que les daría paz en los momentos en que más la necesitaran.
Sin embargo, el terror vuelve al planeta cuando Galactus se presenta, aunque solo fuera para rendir su último tributo a un ser que hasta él mismo sabe fue único. El devorador le propone curarlo pero Norrin le dice que no, que es momento de que su tiempo termine y el enorme villano accede respetar su deseo, prometiendo proteger el planeta, permaneciendo durante el funeral y llevando a cabo la petición que le hace Shalla Bal, convertir a Norrin en una estrella que ilumine la noche de Zenn-La, como un recuerdo no solo de lo mucho que alguien perdió, sino de lo mucho que alguien dio: una luz de la esperanza, una luz de posibilidades para todos.
Esta novela gráfica completamente fuera de la temporalidad normal de Marvel Universe se convierte, como su nombre lo indica a la perfección, en un tributo a uno de los personajes más trágicos y profundos del cómic estadounidense. A través de los ojos de Norrin Radd podemos vernos como una raza llena de los más impresionantes contrastes, pero también como un planeta lleno de bellezas, bendiciones y oportunidades.
SILVER SURFER: REQUIEM
Escritor: J. Michael Straczynski
Artista: Esad Ribic
Editor: Axel Alonso
Marvel Comics
2007

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