12.19.2009

Avatar

Tengo que admitir que cuando comenzó toda la bulla alrededor de Avatar hace ya mucho tiempo no estaba interesado en lo más mínimo, me parecía una extravagancia más de Hollywood, nada más. Hace quizá un par de meses tuve la oportunidad de ver unos 20 minutos de la película en 3D y realmente supe que podía estar equivocado, talvez. Me aferraba al pensamiento de que quizás Avatar sería algo visualmente sorprendente pero que sería una historia débil sin mensaje ni buenas actuaciones siquiera. Hace unos días fue nominada al Globo de Oro como mejor película Drama y ya no supe qué pensar. Digamos que volví al punto cero, fuera prejuicios.
Hoy, al salir del cine acepto mi error. Avatar es definitivamente una película que merece su publicidad como una obra que lleva la forma de hacer cine a un nuevo nivel. Y no es que de ahora en adelante todo el mundo va a querer hacer lo mismo, no, los presupuestos no van a dar para tanto tan seguido en Hollywood o en cualquier otra parte del mundo; lo que Avatar hace es fusionar muchas cosas en narrativa y en arte visual y logra salir airosa como una de las mejores obras de este año. Es impresionante, así de simple.

Jake Sully es un exsoldado parapléjico que llega al planeta Pandora como parte de una misión científica y militar para colaborar en la extracción de una forma de energía que ayudaría al ser humano a… a lo de siempre, acumular riqueza y poder (ojo a la comparación directa con la situación de la presencia estadounidense en Afganistán e Iraq... alguien dijo petróleo?). Jake no puede caminar y utiliza un Avatar para hacerlo, transfiriendo su mente a un cuerpo creado artificialmente con genes humanos y de la raza Na’vi, los nativos de Pandora. Así, cuando Jake “se conecta” (similar a Neo en Matrix) despierta en un enorme cuerpo azul, con ciertos rasgos felinos y una habilidad impresionante. Su misión: infiltrarse entre la población nativa y conseguir toda la información posible, de modo que los militares puedan actuar en el momento oportuno y accesar a las fuentes de energía más poderosas del planeta. Sin embargo, con el paso del tiempo comienza a pensar como lo hacen los científicos humanos de la misión, creciendo en él un enorme respeto por la naturaleza de aquel planeta y el amor por Neytiri, la “princesa guerrera” de la historia. Obviamente sus planes cambian y el conflicto lo hace quedar atrapado entre ambos bandos, teniendo que elegir uno y con este, su destino.

Se ha hablado mucho de que la historia resulta muy conocida ya, comparando la película con Pocahontas o Danza con Lobos, pero lo cierto es que de alguna manera esta familiaridad hace que nos sintamos más cómodos con tanto elemento fantástico y extraño de la naturaleza de Pandora; quizás no es la trama más original del mundo pero es una épica que funciona como esqueleto para un espectáculo visual como nunca antes se ha visto en el cine.

El otro punto importante de la película es su mensaje ecológico. La raza humana ha explotado los recursos de la Tierra y ahora los busca en otro lugar; mientras que la raza Na’vi vive literalmente enlazada con su flora, su fauna y su propio planeta. Ellos entienden y protegen cada uno de los aspectos que los unen con su hogar, y saben que la destrucción de este significa nada diferente a su propia desaparición, pues es la misma energía la que yace en todas las formas de vida de su mundo.

Absolutamente recomendada en su versión 3D (solo así debería verse), la película no tiene trucos baratos para explotar, como elementos saliendo de la pantalla ni mucho menos, más bien utiliza esta técnica para incluirnos en Pandora, y disfrutar la profundidad de los paisajes, la altura de los árboles, las texturas de todos los seres vivos y la magia de un verdadero paraíso.

Avatar

Escrita y dirigida por James Cameron

Con Sam Worthington, Zöe Zaldana, Stephen Lang y Sigourney Weaver.

Producida por 20th Century Fox


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